miércoles, 10 de agosto de 2011

Cat's Eyes o de mitai me picharon todos los globos con cigarrillos mentolados y me transformé en cantante de post-punk/garage rock revival



La GQ Latinoamérica de Agosto 2011 los presenta como "Pop Felino", nombre injusto y mentiroso para una banda que lo único que tiene de felino son los ojos y lo único que tiene de pop es la quinta pata. A ver, quiero decir que toda esa mierda genérica que inventamos los que escribimos sobre música, sea en una revista cult o en un blog pedorro como este, tal vez sea inecesaria, es decir, es realmente inecesaria. Pop felino, indie, dark, post punk, new age, alguien se tira un pedo y atrás hay un periodista como Rafa Cervera diciendo: definitivamente este pedo es deep trance dub house rock indie.
Es evidente que Faris Badwan, vocalista de The Horrors, miembro de esta banda junto con su pareja Rachel Zeffira, se tragó la opera magna de Joy Division, The Cure, Kraftwerk, se vio toda la serie de Twin Peaks comiendo pororó con RH(-) y probablemente su peluquero sea el dealer de Tim Burton y por eso no está mal que cualquier emprendimiento que lleve a cabo reciba el título de post-punk/garage rock revival. A mi me gusta The Horrors, pero la verdad es que quisiera ya que las cosas vayan para otro lado, que acabe el reggaeton, la adicción a la gasolina y la larga lista de Ian Curtises que forman fila en las productoras "indie".
Principal razón por la cual vale la pena escuchar a los Cat's Eyes, además de ser un bello y oscuro homenaje al comic del mismo nombre.
Siguen estando los referentes de Faris, sigue estando todo el dark cult encabezado por Waits, Cave, Cohen, and company, siguen estando los teclados poperos ochentosos, siguen estando esos beats que nos inducen a los bailecitos epilépticos, pero a todo esto se suma una propuesta muy interesante, quizás por la influencia de la hermosa Rachel, cantante soprano, músico multiintrumentista, que le agrega a la banda muchas cosas: una especie de Aleph musical donde se encuentran diferentes décadas, opuestos extremos, canciones lentas, hits poperos bailables, la descomposición total de la música en largos trances de sintetizadores, coros eclesiásticos, su dulce voz que a veces nos depierta esa Nico interior que todos tenemos, etc...
Hablar de género sería lo más apropiado, pero justamente, cuando un personaje como Faris Badwan se enamora de un ángel como Rachel Zeffira, sólo entonces quizás, puede safar de la ratonera Joy-Division-nostalgic para probar otros escenarios y otras maneras de escuchar y fabricar música. Plus: en la web te regalan un tema.

No hay comentarios: