martes, 28 de junio de 2011

La Formula de Serge



Leonard Cohen en una carta le escribe a Janis Joplin "we are ugly but we got the music". Y eso explica muchas cosas por encima del cliché Esmeralda-Cuasimodo o aquel otro del sapo y la princesa que pretenden hacernos creer que tanto el amor como la justicia son ciegos. Explica por ejemplo como Heidi Klum, más allá del hecho comprobado por muchas rubias que en el sur de África los genitales y los elefantes comparten ciertos rasgos, se haya casado y tenido hijos con Seal o como, por ejemplo, Serge Gainsbourg se haya convertido en un sex simbol en Francia y haya podido conquistar a la Bebé Bardot y a Jane Birkin.
Serge, un pintor frustrado que se ganaba la vida tocando en pianos prestados los clásicos de la chanson francesa, encontró a mi parecer la fórmula ideal para componer canciones que conmuevan los inquietos corazones de la juventud francesa del siglo pasado. Irónico, irreverente y sexual. Lo de irónico e irreverente no le costaba nada, la famosa canción J'taime… moi non plus, se inspira en una frase de Salvador Dalí: "Picasso es español, yo también. Picasso es un genio, yo también. Picasso es comunista, yo tampoco", expresando el sentimiento de contradicción política e identitaria que vive toda una generación de la cual Serge es un notable representante. Lo de sexual, el término que cierra la ecuación perfecta para su composición, lo consigue aliandose a las mujeres más bellas y sexys de francia y, a pesar de sus limitaciones vocales, convirtiéndolas en cantantes.
Serge, ese tipo flaco, de orejas que parecen un par de marineras del mercadito, siempre con un pucho en la boca y con ojeras que hablan de muchas noches de alcohol de dudosa calidad, ácido, taciturno, callado, sin duda un genio de la composición, revoluciona la industria de la música francesa reinterpretando la chanson y agregandole fuertes influencias del rock, la psicodélica de los 60's y sobretodo, empujando a la Bebé Bardot como solista con el eterno hit Harley Davidson. Una gata vestida con calzas y campera de cuero, acariciando una enorme motocicleta de la marca Harley Davidson, y en la trastienda, un genio con aspecto de sobredosis de valium 10, nada puede ser más perfecto.
El clímax de su carrera musical vendría con Je t'aime… moi non plus, una canción que excluye de su presupuesto temático el amor correspondido, la historia de Cenicienta y en su lugar coloca de una sola vez y para siempre el orgasmo, el éxtasis sexual en la cima de la representación. En una primera versión, la niña bonita que jadea y goza esta contradictoria batalla entre un amor mediocre y un sexo sublime es la Brigitte, en 1968, versión que no se hizo público (hasta 1980) por pedido de la diva, quien entró en complicaciones con su entonces marido Gunter Sachs, conocido magnate de la Playboy.
La suerte de los feos; ese mismo año Serge conoce a Jane Birkin, una belleza fresca, joven, entre inocente y terriblemente perra. La elegida perfecta para disparar susurros y dolorosas expresiones de placer contra el tabú sexual de la sociedad. Ella no tiene problema para desnudarse, ama su cuerpo, ama exhibirlo como un trofeo de su juventud y, a esto, se suma su voz inexperta, aguda, sutil, como una pajarita que perdida en la rama de su árbol sacude el cielo con su débil gorjeo. Y caen los ángeles, cae el cielo mismo, cae todo en un abismante final en que solo se escucha el balbuceo de un gran cojo.
Hace mucho leí en una Black + White (revista australiana de moda y arte) que fue hasta tal punto controversial esta canción, que la priemra vez que sale de Francia lo hace bajo la manga del abrigo de Maria Callas, a pedido de Serge. Fue denunciada por el Vaticano, prohibida por las radios de muchos países que entonces se encontraban bajo el régimen castrante de las dictaduras. A pesar de todo un éxito, número 1 en UK y 58 en EEUU, todos querían sexo, todos querían irreverencia e ironía y la fórmula de Serge lo tenía todo.
El feo con una voz grave y patológicamente sensual, se cogió a la más bella de todas y lo grabó para siempre, confirmando que no es el amor el que es ciego ni la justicia, sino el orgasmo, el momento en que cerrar los ojos es un feliz deseo de muerte.

3 comentarios:

José Carvallo Y. dijo...

buenísimo!

BlogdeKent dijo...

http://www.taringa.net/posts/musica/9664537/Jane-Birkin-and-Serge-Gainsbourg-_-Jane-Birkin-et-Serge-Ga.html

Sama dijo...

sublime!!